Aquí cabemos todos... y todos somos imprescindibles.

Un pequeño grupo de jóvenes que comparte unos minutos a la semana. Una pocas horas al mes... pero es un momento de vida. Queremos que esa vida compartida, sea germen de algo más grande que, por fortuna, depende sólo y exclusivamente de nosotros. Cada día nuestra vida va por caminos diferentes. Unos nos veremos, otros no. Ahora tenemos este punto de encuentro común. Todos nuestros caminos pueden converger en esta especie de plaza pública en el que nos encontramos cuando queremos, en el que podemos -y debemos- dejar nuestras opiniones, nuestras ideas, nuestros sentimientos... Entre todos debemos de construir este pequeño espacio común, como una acogedora sala de reuniones, como una casa de todos...
Entrad, entrad... no os quedéis fuera...
¡¡Sed bienvenidos!!

lunes, 1 de noviembre de 2010

Resumen Reunión 24 de octubre de 2010

Como faltó bastante gente ayer, con el fin de que no pierdan el hilo, y a modo de recordatorio para los que sí estuvisteis y que os sirva también para volver a hacer una mini reflexión y refrescar ligeramente lo expuesto:

Comenzamos el primer día hablando sobre lo que había sido el grupo, lo que esperabais para el curso pasado y cuál sería, en una palabra, vuestro objetivo para este curso.
Parece que hay coincidencia en señalar que el año pasado se había mejorado con relación a cursos anteriores en los que me da la impresión de que no estabais muy cómodos. En cuanto a lo que habíais manifestado que os gustaría que fuera el grupo para el curso pasado, parece que unas cosas sí se han logrado y otras menos. Parece que se ha avanzado en que el grupo es más alegre, hay mejor relación entre vosotros, os lleváis mejor... pero quedan cosas en las que avanzar. A mi juicio, no es mal comienzo.
En cuanto a los objetivos que definís para este curso destacabais:
- Amistad.
- Compromiso (4).
- Crecer como grupo.
- Esfuerzo (2).
- Aprender.
- Participación (2).
- Colaboración.
Como os decía ayer, todas actitudes personales que dependen, obviamente, de vosotros y sólo de vosotros mismos. Por tanto, está en vuestra mano que con vuestra actitud, podamos avanzar como grupo. Es como un barco de remos. El barco avanzará en tanto y cuanto cada uno de los remeros aporten su esfuerzo. ¿Está claro no...?

Ayer, continuamos analizando un poco experiencias personales durante el verano respondiendo a un cuestionario en el que se planteaba lo que habíamos hecho durante el verano, aquellas experiencias que me hubieran hecho feliz, los acontecimientos personales o del entorno que me hubieran planteado interrogantes, o en qué medida me había ayudado lo vivido en el grupo hasta ahora para vivir como cristiano durante el verano.
Y por otra parte, hacíamos una valoración global del curso pasado: formación, compromisos asumidos, momentos de oración, celebración... Sentimientos y actitudes que traigo ante este nuevo curso, que qué se nos pide como grupo para que este nuevo curso produzca mayores frutos que el anterior: reuniones, compromisos, vida de oración y celebración...
Desconozco la profundidad y sinceridad de vuestra reflexión, quiero creer que haya sido la adecuada, pero lo que retratáis como experiencias vividas durante el verano que os hayan hecho felices, todas tienen que ver con la convivencia con otras personas; reencuentro con viejos amigos, convivencia con algún familiar cercano de la misma edad, amigos de siempre, la familia... No somos seres individuales si no sociales; por tanto, nuestra felicidad, depende en buena medida de los demás.
También está claro, que lo vivido en el grupo, tiene muy poca repercusión en vuestras vidas; bien es cierto, que no me extraña, porque tampoco podemos alardear de que hayamos hecho mucho, eso es así. Tenemos que reconocer que no hemos alcanzado grandes objetivos y que la vivencia como grupo ha sido prácticamente nula, pero bueno, estamos en ello...
Sí es cierto, que algunos de vosotros, en determinados momentos, sí que hacéis una mirada introspectiva, y os acordáis de Jesús, especialmente como el que se acuerda de santa Bárbara cuando truena; pero bueno, algo es algo...
Por lo que se refiere a la valoración del curso pasado, dicho quedó ya. La formación ha sido escasa, compromisos asumidos ninguno, momentos de oración uno y malo... pero esto no puede desalentarnos; antes bien, tiene que servir de estímulo para que todos y cada uno de nosotros hagamos un esfuerzo para que el tiempo vivido en el grupo sea un tiempo bien empleado que nos ayude a crecer como personas y como cristianos y no un tiempo tirado al cubo de la basura.
Sobre los sentimientos y actitudes que aportáis de cara al nuevo curso: compromiso (espero que os deis cuenta de la importancia de esta palabra...) compartir vivencias, seriedad, madurez, confianza... casi nada!!
Y por último, sobre lo que se nos pide como grupo referís:
- Que asistamos a las reuniones para aprender a ser buenos cristianos y buenas personas.
- Que hagamos borrón y cuenta nueva con el pasado.
- Que estemos más unidos como grupo.
- Que seamos capaces de asumir un mayor grado de compromiso (¿cómo se traduce eso digo yo...?)
- Que seamos más constantes.
- Que aportemos más esfuerzo, más seriedad y más trabajo.
Varias se repiten con frecuencia: asistencia, participación, esfuerzo, compromiso... Espero que seáis conscientes de lo que decís.

Acabamos con la lectura de un texto del evangelio de Mateo, de la parábola del tesoro escondido:

"El reinado de Dios se parece a un tesoro escondido en un campo: lo descubre un hombre, lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, vende todas sus posesiones para comprar aquel campo.El reinado de Dios se parece a un mercader en busca de perlas finas:al descubrir una de gran valor, va, vende todas sus posesiones y la compra."

Esta lectura nos daba pie a una reflexión sobre la importancia y el potencial que puede llegar a tener el grupo. Si os dais cuenta, hemos

dedicado un par de reuniones a ver que es lo que fue, lo que os gustaría que fuera y aquello que estáis dispuestos a aportar individualmente.

Vimos que es un problema de actitudes personales por lo que entonces depende de nosotros y de nadie más nuestro futuro. Vemos lo que queremos también como grupo y lo que debemos de aportar como tal. Y al igual que el que encuentra ese tesoro y vende todo lo que tienen para comprar el campo, nosotros podemos encontrar en este grupo un motivo de felicidad. No será nada mágico ni nada que obre algún milagro en nuestra vida, pero os aseguro, desde mi propia experiencia cuando tenía vuestra misma edad, que la vivencia sincera, esforzada y comprometida en un grupo como este que hasta ahora tan poco os ha dado, puede ayudaros -y mucho- a ser mejores personas, a daros herramientas para que seáis capaces de ser más coherentes, más libres, más cercanos a los demás, más críticos también... en resumen: a ser más felices.
¿Sabéis de qué depende...?
Única y exclusivamente de vosotros mismos.
Pues eso.



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