Aquí cabemos todos... y todos somos imprescindibles.

Un pequeño grupo de jóvenes que comparte unos minutos a la semana. Una pocas horas al mes... pero es un momento de vida. Queremos que esa vida compartida, sea germen de algo más grande que, por fortuna, depende sólo y exclusivamente de nosotros. Cada día nuestra vida va por caminos diferentes. Unos nos veremos, otros no. Ahora tenemos este punto de encuentro común. Todos nuestros caminos pueden converger en esta especie de plaza pública en el que nos encontramos cuando queremos, en el que podemos -y debemos- dejar nuestras opiniones, nuestras ideas, nuestros sentimientos... Entre todos debemos de construir este pequeño espacio común, como una acogedora sala de reuniones, como una casa de todos...
Entrad, entrad... no os quedéis fuera...
¡¡Sed bienvenidos!!

domingo, 14 de noviembre de 2010

Comentario al Evangelio del 14 de noviembre de 2010

Lucas 21, 5-19

"En aquel tiempo, como dijeran algunos, acerca del Templo, que estaba adornado de bellas piedras y ofrendas votivas, él dijo: "Esto que veis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derruida." Le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo sucederá eso? Y ¿cuál será la señal de que todas estas cosas están para ocurrir?" El dijo: "Mirad, no os dejéis engañar. Porque vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: "Yo soy" y "el tiempo está cerca". No les sigáis. Cuando oigáis hablar de guerras y revoluciones, no os aterréis; porque es necesario que sucedan primero estas cosas, pero el fin no es inmediato." Entonces les dijo: "Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá grandes terremotos, peste y hambre en diversos lugares, habrá cosas espantosas, y grandes señales del cielo. "Pero, antes de todo esto, os echarán mano y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y cárceles y llevándoos ante reyes y gobernadores por mi nombre; esto os sucederá para que deis testimonio. Proponed, pues, en vuestro corazón no preparar la defensa, porque yo os daré una elocuencia y una sabiduría a la que no podrán resistir ni contradecir todos vuestros adversarios. Seréis entregados por padres, hermanos, parientes y amigos, y matarán a algunos de vosotros, y seréis odiados de todos por causa de mi nombre. Pero no perecerá ni un cabello de vuestra cabeza. Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas."

Tampoco es este un Evangelio fácil. Habla de los tiempos difíciles, de las dificultades.
Yo lo resumiría en una frase: Cuando la vida se tuerza, siempre podemos mirar a Jesús y buscar en él guía y aliento.
Luego hay más lecturas. J.A. Pagola, nos propone las siguientes:

Llamada al realismo. En ningún momento augura Jesús a sus seguidores un camino fácil de éxito y gloria. Al contrario, les da a entender que su larga historia estará llena de dificultades y luchas.

No a la ingenuidad. En momentos de crisis, desconcierto y confusión no es extraño que se escuchen mensajes y revelaciones proponiendo caminos nuevos de salvación. Éstas son las consignas de Jesús. En primer lugar, «que nadie os engañe»: no caer en la ingenuidad de dar crédito a mensajes ajenos al evangelio, ni fuera ni dentro de la Iglesia. Por tanto, «no vayáis tras ellos»

Centrarnos en lo esencial. Cada generación cristiana tiene sus propios problemas, dificultades y búsquedas. No hemos de perder la calma, sino asumir nuestra propia responsabilidad. No se nos pide nada que esté por encima de nuestras fuerzas. Contamos con la ayuda del mismo Jesús: «Yo os daré palabras y sabiduría»… Incluso en un ambiente hostil de rechazo o desafecto, podemos practicar el evangelio y vivir con sensatez cristiana.

La hora del testimonio. Los tiempos difíciles no han de ser tiempos para los lamentos, la nostalgia o el desaliento. No es la hora de la resignación, la pasividad o la dimisión. La idea de Jesús es otra: en tiempos difíciles «tendréis ocasión de dar testimonio».

Paciencia. Ésta es la exhortación de Jesús para momentos duros: «Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas». Entre los cristianos hablamos poco de la paciencia, pero la necesitamos más que nunca. Es el momento de cultivar un estilo de vida cristiana, paciente y tenaz, que nos ayude a responder a nuevas situaciones y retos sin perder la paz ni la lucidez.


2 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo con Carlos, esto me recuerda al dia que nos preguntaste si habia algun momento en que nos hubiesemos acordado de Dios durante el verano y eso nos hubiese ayudado... y todos dijimos que si, que hiendo a misa, en alguna situacion dificil, es decir, que cuando tenemos algun problema siempre acudimos a Dios, pero a veces pensamos que con solo acudir a el nos va a ayudar pero tambien tenemos que dar algo a cambio y no solo acordarmos de el en los malos momentos sino tambien en los buenos.

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  2. Yo creo que lo que Jesús les daba entender a sus discipulos era que cuando tuvieran que expandir por todo el mundo la Palabra de Dios no iba a ser un camino de rosas sino que iba a estar plagado de sufrimiento y de personas y circunstancias que intentarán hacerles el camino dificil y que no tenían que rendirse sino seguir luchando por su causa y eso me recuerda a momentos en la vida en los que echamos la culpa de nuestros errores o fallos a las circunstancias externas en vez de darnos cuenta de que si hubiesemos seguido adelante hubieramos encontrado la recompensa
    En definitiva creo que lo que viene a decir el evangelio es que si luchas sin rendirte por una buena causa encontrarás la recompensa

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